Recurre a una cucharilla para aplicar tu mascara: cubre tu ojo con una cucharilla y deja tus pestañas por fuera al aplicar el producto, de esta manera el rímel no entrará en contacto con la piel y no mancharás tu ojos.
Aplica base de maquillaje en tus labios antes del labial: un poquito de tu base habitual en los labios hará que tu labial dure mucho más, además de resaltar su color. Teniendo una base prolija, el tono de la pintura de labio no se verá alterado (a veces nuestros labios están más rosados o morados que el resto de nuestra piel).
Arregla un rímel seco con agua caliente o lágrimas artificiales: puede ser que nuestra mascara se haya secado por error. Lo mejor que puedes hacer es seguir sacándole provecho. No lo botes. Solo debes calentar un poco de agua y colocar el producto cerrado. Esto ayudará a que se disuelva.
Para delinear tu boca, dibuja una X en el labio superio:. Así crearás una línea guía con la forma de tu boca. Luego rellena con labial y listo. Eso sí, redondea un poco los picos.
