Spa en casa

Estos días libres nos caen de maravilla para consentirnos un poco. Si te quedas en casa, te proponemos un plan de Spa. No tendrás que gastar mucho dinero porque todo lo puedes hacer tú misma con ingredientes que consigues con facilidad. Además, puedes realizar la experiencia tu sola o invitar a tus mejores amigas a un día solo de chicas.

Aprovechemos este fin de semana para relajarnos y despojarnos del estrés que nos afecta en el día a día. Aunque no nos demos cuenta, todo esto se acumula y se refleja en nuestro estado de ánimo, en las prendas que vestimos y en nuestro cuidado personal. Así que ¡a renovar energías!

Lo primero que debemos hacer en crear el ambiente ideal. Busca el espacio en tu casa donde quieras comenzar a realizar el spa. Prende algunas velas aromáticas o incienso si es de tu gusto. Si deseas hacerlo de día, abre bien las cortinas y deja iluminar todo el espacio; si por el contrario quieres algo más íntimo, baja las luces y deja que las velas creen el ambiente. Pon música que te relaje y despreocúpate.

Prepara una mascarilla casera: esta preparación tiene efecto humectante en el rostro. Recuerda estar desmaquillada para este proceso. Para la crema, solo necesitas un pepino: pélalo y tritúralo hasta formar una pasta. Guarda dos rodajas para los ojos y ¡listo! Aplica sobre tu rostro y deja actuar por unos 20 minutos. Mientras esto sucede puedes estar en este proceso a continuación.

Pies relajados: pon a hervir un poco de agua y agrégalo vinagre de manzana. Siéntate en un lugar donde estés cómoda y sumerge tus pies en esta preparación que, además de relajar, elimina la hinchazón y dolores en tus pies.

Seca tus pies y retira la mascarilla de peino con abundante agua. Todavía no tomes un baño, que primero vamos a exfoliar.

Para hacer tu propio exfoliante casero, solo necesitas: azúcar morena y miel. Este tipo de azúcar es mejor porque no está refinado y se presta más para retirar las células muertas de tu piel. Esta pasta la untas en tus codos, rodillas y labios. Frota con suavidad y haciendo movimientos circulares.

Si tienes tina ¡estás de suerte! Prepara tu baño y agrega agua de rosas y leche de almendras. Esta mezcla no solo te aportará suavidad a tu piel, sino que los aromas tienen un riquísimo efecto relajante.

Si tienes ducha, haz esta preparación aparte y espárcela poco a poco en tu piel mientras frotas con alguna esponja.

Como ves, todo es sencillo y fácil de preparar. Solo queda poner de tu parte la mejor intención de relajarte y pasarla bien.