Reconocernos frente al espejo

La autoimagen es la representación mental que tenemos de nosotras mismas, como nos vemos y como nos percibimos frente al espejo. El concepto resulta fácil de escribir, pero muchas veces pararse frente al espejo puede resultar espinoso.

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No es un secreto que en algunos momentos de nuestra vida la relación que tenemos las mujeres con el espejo es compleja, un camino de subidas y bajadas que puede resultar doloroso y que muchas veces nos lleva a cerrar la relación que tenemos con nuestra imagen y decirnos a nosotras mismas “no soy una persona con estilo”, “eso no es para mi” “yo no trabajo en la tv, entonces para que me preocupo”.

Tengo una mala noticia y es que sino logramos reconciliarnos con lo que vemos en el espejo va a ser muy complejo que podamos desarrollar una relación sana con nosotras mismas, y ni hablar de tener una buena imagen personal  porque sin seguridad es muy difícil vernos y sentirnos bien.

La buena noticia es que todas somos personas con estilo, porque el estilo personal nace de nuestro interior, de nuestra personalidad, de lo que nos gusta en la vida y no de cosas como el peso, el presupuesto o si lucimos de una forma o de otra.

Debemos entender que somos lindas todas en nuestra forma. Que todas las formas tienen belleza y que no somos la excepción. El secreto definitivamente es sentirnos únicas, encantadoras y feliz de ser quienes somos. 

Deja las comparaciones de lado. De nada nos sirve mirar a tal o cual personal y lo que ella tiene. Mírate a ti misma en tu realidad y descubre dentro de esa realidad qué cosas te gustan de ti. El mejoramiento de tu imagen no va a llegar al menos que seas capaz de mirar tu realidad y de reconocerte frente al espejo. Desde las comparaciones y las ficciones no podemos mejorar, porque no estaremos construyendo desde lo real. Sé sincera contigo mismas, pero desde la empatía, no desde el reproche.

Una clave para mi y mi propia historia con el espejo ha sido descubrir y destacar lo que me gusta de mi misma y no concentrarme en lo que no me gusta. Diseñé para mi misma el proyecto “descubre tu belleza” y me propuse encontrar que tengo cosas que realmente me gustan, dejar esa tirana que tengo que mi cabeza de lado y concentrarme en esas cosas que me hacen única y no en las que creo que no son tan lindas o que me gustaría cambiar. Desde mis conocimientos de imagen personal busqué destacar esas cosas que amo. Subiéndoles el volumen a estos aspectos, les bajo le volumen a los que no me gustan tanto y me siento más cómoda.  

No es justo para nadie someterse a la lotería de la genética, hay cosas que no podremos cambiar y es mucho mejor construir desde lo bueno y tratar poco a poco, con mucha paciencia, de mejorar lo que no nos gustas, pero siempre desde la aceptación de la realidad.

Tu valor no tiene nada que ver con tu peso, tu imagen tampoco y ya va siendo tiempo  de que lo entiendas. La belleza no tiene medidas, ni edad, ni presupuestos. Una mujer que se siente hermosa, es hermosa sin importar lo que pese.

Nadie quiere que seamos perfectas, solo debemos ser auténticas y cuando les escribo esto también me lo digo a mi misma en voz alta.